Las políticas de igualdad de género han contribuido, desde la creación del Instituto de la Mujer en 1983, a la mejora de la situación de mujeres y hombres, en su diversidad. Sin embargo, los avances conseguidos en el ámbito de la participación sociolaboral de las mujeres, como elemento esencial de su progreso, y tal y como se ha constatado, de toda la sociedad, no son ni definitivos ni suficientes, ni se han traducido en la igualdad efectiva de mujeres y hombres que promulga nuestra legislación.
Por eso, desde este organismo se continúa trabajando por la igualdad efectiva, teniendo en cuenta la diversidad de las propias mujeres y del entorno en el que desarrollan sus vidas.
Así, el Instituto de la Mujer lleva a cabo programas para la promoción de dicha participación en colaboración con entidades locales y con organizaciones sectoriales que trabajan en el ámbito de la migración, las mujeres víctimas de violencia de género, las minorías étnicas, las personas mayores y la diversidad funcional y que se articulan en:
1.- Programas en colaboración con empresas
El Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, en colaboración con la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, a través de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad promueve la iniciativa “Empresas por una sociedad libre de violencia de género”, esta iniciativa se concreta en la firma de convenios de colaboración con empresas de ámbito nacional y en distintos sectores de actividad para promover la sensibilización en materia de violencia de género y para fomentar la integración social y laboral de las mujeres víctimas y, cuando la situación así lo requiera, facilitar su movilidad geográfica.
Las empresas adquieren el compromiso de desarrollar actuaciones en materia de sensibilización y/o de inserción social y laboral. De las 88 empresas adheridas a esta iniciativa, son ya 45 las empresas que además de realizar acciones de sensibilización han adquirido el compromiso de desarrollar actuaciones en materia de inserción social y laboral.
La integración social y laboral de las mujeres que sufren violencia de género, es la mejor forma para garantizar su independencia económica y desempeña un papel esencial en el proceso de recuperación pues les permite reiniciar una nueva vida alejada de la situación de maltrato; es labor de las Administraciones Públicas y del sector empresarial, conscientes de esta realidad, facilitar su acceso al empleo.
Entre las entidades que participan en el programa se cuenta con Cruz Roja Española y Fundación Integra, que desarrollan actuaciones de intermediación laboral entre las empresas y las mujeres víctimas de la violencia de género y además, diseñan un itinerario personalizado de inserción para cada una de ellas en función de sus necesidades, de modo que puedan acceder al puesto de trabajo ofertado por la empresa en las mejores condiciones para desempeñarlo eficazmente.
- Manual interactivo para facilitar la inserción laboral de mujeres víctimas de violencia de género
2.- Programas territoriales (colaboración con Entidades Locales). Programa cofinanciado por el Fondo Social Europeo en su Programa Operativo “Lucha contra la discriminación” del periodo 2014-2020.
Uno de los objetivos fundamentales del Instituto de la Mujer es promover la mayor participación social y económica de las mujeres, y para ello es importante tener en cuenta tanto su diversidad, como la especificidad del entorno en el que desarrollan sus vidas. Por eso, este organismo lleva a cabo dos programas de similares características, en cuanto a la metodología, aunque eminentemente marcados por las particularidades de los territorios en los que se desarrollan y las mujeres que habitan en ellos.
• Programa Clara
• Programa Aurora
2.1 Programa CLARA
Según la Estrategia Europa 2020 se consideran personas en riesgo de pobreza o exclusión social aquellas que se encuentra en alguna de estas tres situaciones: personas que viven con bajos ingresos (60% de la media del ingreso equivalente o por unidad de consumo), personas que sufren privación material severa y personas que viven en hogares con una intensidad de empleo muy bajo (por debajo del 20%).
Destaca, asimismo, el dato relativo a las mujeres solas con familiares a su cargo (el 90% de familias monoparentales están sustentadas por mujeres). Así, en la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) publicada por el INE, en España, en el año 2012, la tasa de pobreza relativa de los hogares unipersonales sustentados por una mujer era de 20,5% y de 19,1% en el caso de los hombres.
Por otro lado, en el año 2011, la tasa de riesgo de pobreza persistente en España, siempre según los datos del INE, era mayor en las mujeres (13,1%) que en los hombres (10,5%), destacando la situación de las mujeres entre 25 y 49 años, con un valor de 11,3% y de las mujeres mayores de 65 años, con un 15,9%.
Las mujeres siguen siendo el rostro más visible de las situaciones de pobreza y exclusión, fruto de un modelo de participación social y laboral que perpetúa su falta de independencia económica y el menor acceso a las prestaciones sociales.
Por eso, desde el Instituto de la Mujer se ha consolidado el desarrollo del programa Clara que tiene como principal objetivo promover que las mujeres que se encuentran en situaciones de especial vulnerabilidad personal, social y laboral, puedan ejercer sus derechos sociales y económicos, eliminando situaciones de riesgo que les lleve a la exclusión.
Este programa está dirigido a las mujeres:
• Víctimas de violencia de género
• Responsables de núcleos familiares
• Mayores de 45 años sin titulación
• Jóvenes
• Pertenecientes a minorías étnicas
• Inmigrantes
• Con discapacidad
• Reclusas
• Jóvenes sin titulación o baja cualificación
Su finalidad es mejorar la calidad de vida de estas mujeres con mayores dificultades de integración social, impulsando aspectos personales y mejorando también su cualificación para acceder al mercado laboral y que, en muchas ocasiones, están fuera del sistema normalizado para la mejora de su cualificación y búsqueda de empleo. El Programa es un itinerario integrado y personalizado de inserción social y laboral que tiene en cuenta, tanto las necesidades específicas de cada mujer, como su punto de partida. A lo largo de las fases de su desarrollo se trabaja el fomento de su autoestima y confianza necesaria para que se conviertan en protagonistas activas de su propio proceso de inserción sociolaboral, además de su incorporación y promoción en el empleo mediante información, motivación y asesoramiento y de la formación ocupacional acorde a las necesidades del mercado laboral de su entorno. Asimismo, desde el Instituto de la Mujer se han diseñado una serie de instrumentos que son el soporte de una metodología interactiva, enfocada desde la perspectiva de género, en la que se incide sobre aspectos personales y profesionales de las mujeres participantes a partir de diferentes actuaciones.
Estos materiales están formados por:
• Módulo para la motivación (dirigido a las personas responsables de este proceso de acompañamiento).
• Guía para el desarrollo personal (facilitado a las participantes en el programa).
Herramientas de trabajo que se complementan con los diferentes instrumentos metodológicos que el Instituto de la Mujer ha elaborado en relación con la orientación laboral, el trabajo con grupos de mujeres, la búsqueda de empleo y el autoempleo..
2.2 Programa AURORA
Los notables avances legales experimentados en materia de igualdad efectiva de mujeres y hombres no han tenido su reflejo inmediato en nuestra sociedad, más aún si hablamos del medio rural, donde las mujeres viven aún desigualdades que es preciso superar y que se acentúan al incrementar el grado de ruralidad.
Las mujeres suponen el 49% de la población de las zonas rurales, sin embargo, si hablamos del mercado laboral, según los datos del Diagnóstico de la Igualdad de género en el medio rural, elaborado por el Ministerio de Agricultura,Alimentación y Medio Ambiente en 2011, la baja tasa de empleo de estas zonas se acentúa en el caso de las mujeres, con una tasa de inactividad del 38,4%, persistiendo igualmente una clara discriminación salarial que sitúa a las mujeres en el rango entre los 400€ y los 1.000€ y a los hombres el rango entre los 1.001€ y los 1.400€.
En cuanto a la segregación en el mercado laboral, las mujeres ocupan los puestos jerárquicos más bajos, puestos ;de personal no cualificado y/o bien de personal administrativo y, aunque el sector servicios ocupa a la mayor parte de la población rural (52,6%), hay una gran concentración de mujeres, 78,5%, frente al 41% de hombres situados en este sector.
Por otro lado, este diagnóstico destaca la escasa representación de las mujeres entre el empresariado rural, eminentemente masculino.
Por eso, desde el Instituto de la Mujer se impulsan actuaciones para el empoderamiento y promoción de la participación de las mujeres del ámbito rural que, por su condición de mujeres y rurales, son objeto de una doble discriminación pero que, al mismo tiempo, juegan un papel fundamental en el desarrollo y la sostenibilidad del medio rural.
El programa Aurora responde a este compromiso que atiende a sus particularidades y tiene como objetivo principal, promover el desarrollo de sus expectativas sociales, laborales y económicas.
Se articula a través de la cooperación con las administraciones locales, como aquellas entidades que pueden contribuir de manera más significativa a la promoción de la igualdad efectiva de mujeres y hombres en sus territorios, favoreciendo la eficacia y la sostenibilidad de este proceso.
El programa se dirige especialmente a aquellas mujeres que, dentro del ámbito rural, tienen mayores dificultades para su desarrollo económico y social por encontrarse en situación o riesgo de especial vulnerabilidad.
En el marco del programa se trabaja un itinerario integrado y de inserción social y laboral que tiene en cuenta, tanto las necesidades específicas de cada mujer, como su punto de partida. Se fomenta su autoestima y confianza necesarias para que se conviertan en protagonistas activas de su propio proceso y se trabaja sobre su incorporación y promoción en el empleo mediante información, motivación y asesoramiento y de la formación ocupacional vinculada a los huecos de mercado de su entorno, con el fin de que su desarrollo profesional consolide su permanencia en el territorio y contribuya a su sostenibilidad.
En este programa se incide además en aspectos relacionados con el emprendimiento y la implantación de proyectos empresariales, como mecanismo clave de dinamización económica en sus territorios.
Para el desarrollo del programa se utilizan, como soporte de una metodología interactiva, los distintos instrumentos diseñados desde el Instituto de la Mujer para la motivación y el desarrollo personal, además de los relacionados con la orientación laboral, el trabajo con grupos de mujeres, la búsqueda de empleo y el autoempleo.
3.- Programas sectoriales (SARA). Programa cofinanciado por el Fondo Social Europeo en su Programa Operativo “Lucha contra la discriminación” del periodo 2014-2020.
El Instituto de la Mujer, a través de diferentes actuaciones, atiende a la diversidad de las mujeres y las posibles formas de discriminación múltiple de las que son objeto por razón no sólo de sexo sino, además, por razón de etnia, edad, estatus socioeconómico, orientación sexual, diversidad funcional, localización geográfica, nivel educativo o modelos de socialización en el país de origen.
Esta discriminación múltiple puede llevar a situaciones de exclusión social que dificultan a estas mujeres el pleno ejercicio de sus derechos como ciudadanas.
Para ayudar a afrontar tanto los problemas económicos, laborales y de formación profesional, como la fractura social de las mujeres víctimas de la discriminación múltiple, en situación de especial vulnerabilidad, el Instituto de la Mujer colabora con distintas entidades de carácter sectorial en el marco del Programa SARA, que agrupa diversas actuaciones dirigidas a mujeres:
3.1 Mujeres Migrantes
Uno de los cambios sociales más importantes acontecidos en España en las últimas décadas es la transformación y la feminización de los flujos migratorios.
En los censos de 1991 y 2001 se recoge el incremento de población inmigrante en España, donde la intensificación de los flujos migratorios se caracteriza por ser eminentemente laboral (es decir, una migración económica) y por el elevado grado de feminización. La inmigración femenina en España ha aumentado en un 417% en esos 10 años. Desde el censo de 2001, hasta el censo de 2007, este proceso se ha mantenido, ya que en esos 6 años se ha triplicado la población extranjera, así como las razones del proceso migratorio, en el que siguen prevaleciendo las económicas.
Las mujeres inmigrantes presentan peculiaridades y necesidades distintas, tanto de los hombres inmigrantes, como de la población femenina nacional. En España, el 46% de la población inmigrante son mujeres, mientras que suponen poco más del 40% de las personas extranjeras afiliadas a la Seguridad Social, si bien se produce una alta concentración en determinadas ocupaciones, fundamentalmente aquellas que tienen que ver con el trabajo doméstico y el cuidado a la dependencia.
Su objetivo fundamental es mejorar la calidad de vida de las mujeres inmigrantes, mediante una mejor capacitación para la participación social y, en particular, para el empleo.
El programa está dirigido a mujeres inmigrantes, víctimas de barreras sociales y culturales, que obstaculizan la integración sociolaboral de este colectivo.
Consiste en el diseño de itinerarios de inserción con perspectiva de género e intercultural, adaptados a las necesidades y características de cada mujer, con elaboración de contenidos específicos que tengan en cuenta la diversidad. Se lleva a cabo mediante una metodología interactiva que incluye la motivación y el acompañamiento de las mujeres para su participación e integración.
El proyecto SARA se desarrolla a través de Convenios con las siguientes Entidades sin ánimo de lucro:
3.2 Mujeres pertenecientes a minorías étnicas
La comunidad gitana se ha enfrentado tradicionalmente a situaciones de discriminación y marginalidad que, en el caso de las gitanas, han tenido aún mayor incidencia por estar sujetas a discriminación en base a su condición de mujeres y en función de su pertenencia a esta etnia, configurando las principales barreras a las que deben hacer frente tanto para visibilizar su situación específica como para conseguir una plena participación social.
Desde el Instituto de la Mujer se trabaja con un firme compromiso contra los estereotipos, prejuicios y discriminaciones que sufren estas mujeres, reconociéndolas protagonistas de su cambio y colaborando con las entidades y asociaciones en la que están representadas. Como la Fundación Secretariado Gitano, con la que este organismo mantiene una estrecha colaboración desde el año 2008.
En esta colaboración se enmarcan distintas actuaciones que se integran en un itinerario que promueve su inserción social y laboral y que tiene en cuenta las especificidades de las mujeres de etnia gitana, fomentando su autoestima y su autonomía y sensibilizando a su entorno familiar y social en la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Asimismo, se incide en facilitarlas una mayor formación y cualificación frente al empleo mediante información, motivación y asesoramiento y de la formación para el empleo.
Para el desarrollo del programa se utilizan, como soporte de una metodología interactiva, los distintos instrumentos diseñados en el marco de la colaboración que el Instituto de la Mujer viene desarrollando con la Fundación Secretariado Gitano:
• Guía de salud para mujeres gitanas.
• Guía de motivación para el desarrollo personal y profesional de las mujeres gitanas.
• Guía de motivación para la formación a lo largo de la vida y la participación social de las mujeres gitanas.
• Cómo actuar con las mujeres gitanas desde los servicios de atención a víctimas de violencia.
• Guía de motivación y recursos mujeres gitanas y nuevas tecnologías.
• Guía mujeres gitanas: coeducación para la mejora de la elección profesional. Perspectiva socio emocional y desarrollo profesional.
• Guía de intervención social con población gitana desde la perspectiva de género.
Estos materiales de trabajo se complementan con distintos instrumentos diseñados desde el Instituto de la Mujer para la motivación y el desarrollo personal, además de los relacionados con la orientación laboral, el trabajo con grupos de mujeres, la búsqueda de empleo y el autoempleo.
Convenio fundación Secretariado Gitano
3.3 Mujeres Mayores
Las personas desempleadas mayores de 45 años se enfrentan a una barrera, la edad, muy difícil de franquear a la hora de acceder a un empleo. Estas dificultades se acentúan en el caso de las mujeres. Muchas de ellas, sufren una situación de desempleo motivada por su ausencia del mercado laboral, bien temporal o prolongado en el tiempo, y ligada al cuidado de los y las hijas en muchos casos. Esta situación conlleva la falta de autoestima, de creencia en su propia valía y opinión positiva sobre sí mismas. El reciclaje profesional, la capacidad de aprendizaje permanente se erige en otra barrera infranqueable en muchas ocasiones para estas mujeres. Los nuevos requerimientos tecnológicos y nuevos conocimientos para poder acceder a puestos de trabajo suponen un reto al que, desde el Instituto de la Mujer, se intenta dar respuesta a través de este Programa desarrollado en colaboración con la Federación Española de Universidades Populares (FEUP) y especialmente enfocado a las mujeres mayores de 45 años que demandan actuaciones dirigidas a su inserción socio-laboral para prevenir esta discriminación múltiple que puede desembocar en situaciones de exclusión social.